lunes, 22 de octubre de 2007

multiplicación

y en las sábanas caídas hay un cuerpo sumado a otro cuerpo y bailan la danza terrible del deseo

y al despertar nada parece haber cambiado excepto todo

y cuando llega el momento, cuando al fin llega el momento en que se miran frente a frente, sin luces apagadas ni sábanas caídas ni sumas de por medio, entonces da vértigo

y como todo ha cambiado excepto nada, la ciudad se encarga de volver a sumarles y restarles

en una multiplicación que es infinita

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, simplemente me ha encantado... Hacía mucho que no me metía en tu blog. Es un fragmento muy evocador, elegante y sensual. Supongo que te lo dicen muchas veces, pero a mi me da que terminamos viéndote publicar alguna novelilla o relato. Y sino tiempo al tiempo... Por cierto, últimamente he redecorado un poco el mío. Saludos, Carlos