Sólo Anne y Anne. A solas con la solitaria sensación de existir en un mundo que no comprendes ni te comprende. Nunca. Sabiendo que, a pesar de eso, o precisamente por eso, hay cientos de cosas que me remueven la existencia y disparan mis sentidos hacia arriba, hacia el cielo.
Es el tipo de momentos en el que nacen las resurrecciones. Así que bebimos y brindamos...
"Brindemos por el amor y sus fracasos,
quizás podamos escoger nuestra derrota"