viernes, 25 de enero de 2008

mi mente, mi cuerpo, mi decisión


A estas alturas, el 'nosotras parimos, nosotras decidimos' debería estar superado. Veinte años después hay que volver a salir a la calle para reivindicar los derechos reproductivos de las mujeres, que son - que no lo olvide nadie- derechos humanos, reconocidos, por ejemplo, por la Organización Mundial de la Salud o la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de El Cairo en 1994.

Se ha hablado poco del acoso que están sufriendo algunas clínicas y de las amenzas y agresiones a trabajadoras, con las consecuencias que ello tiene para las mujeres que ejercen su derecho a interrumpir voluntariamente el embarazo. Derecho que por cierto está amparado por una ley en tres supuestos. Solemos olvidar que uno de ellos, el de peligro para la salud física o psicológica de la madre -por el que abortan el 97% de las mujeres en este país- no contempla plazos, es decir, es LEGAL que una mujer aborte en cualquier momento de su periodo de gestación si su salud o vida corre peligro. Dicho esto, hay que señalar que el 95% de las mujeres que abortan lo hacen en los primeros tres meses de gestación.

Por aquello de los niños en trituradoras, los datos alarmantes y las imágenes repugnantes que los sectores conservadores y super pro-vida se encargan de difundir cada vez que les viene bien (qué casualidad: un gobierno de izquierdas, unas elecciones generales a menos de dos meses...)y con las que pretenden obcecar las mentes de la gente: 'no pienses, no razones, no analices el problema, no te informes, sólo se visceral', parecen querer decir.

Que se mojen los políticos, porque me decepcionan los progres que no ven necesaria una reforma urgente. ¿Por qué? - dicen-. Quizá no son suficientes las inspecciones constantes de clínicas que impiden que practiquen con normalidad su trabajo, las agresiones a personas, las amenazas, o la enorme hipocresía que supone que la administración persiga sin criterio a las clínicas privadas cuando se están encargando de un trabajo que DEBERÍA hacer la sanidad pública...por no hablar de las mujeres que están citadas para declarar porque un día decidieron abortar. Era su mente, era su cuerpo y era su decisión. Y punto.

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