Nunca sabré qué sabes tú
de mi
ni en qué verdad hemos
estado juntos
ni si en ella estaremos para
siempre
Diciembre, diciembre, diciembre, tenía ganas de que llegaras. Once meses con los trastos a cuestas. Sí, he estado atenta. Sí, he dormido al descubierto en verano. Sí, he pisado los caminos. No he perdido de vista el calendario.
He oído tu nombre
pronunciado
en la lengua del mar. Y dice
que te vas
Qué bueno ha sido ver el mar y naufragar. Moverme con la marea hasta llegar diciembre. Romper ahora las cajas de la mudanza y sacar las plantas al balcón para que la lluvia las riegue. Dejar que pasaran los once anteriores, escuchar los sonidos y tirarme en picado hacia abajo, hasta diciembre. Y mientras, con los trastos a cuestas, el equipaje, mi equipaje.